Nuestra Iglesia

Identidad

Somos una Iglesia Pentecostal que quiere mantenerse fiel a la Biblia y ser continuadora del ministerio terrenal de Cristo.

Una Iglesia que adora a Dios con libertad, donde la familia es la base de las actividades y en la que cada miembro contribuye con sus dones y talentos al logro de metas y objetivos bajo la unción y dirección del Espíritu Santo.

Historia

Los inicios

Según cuentan los ancianos de nuestra congregación Pentecostal Apostólica, nuestra misión comienza producto de la búsqueda de la verdad doctrinal. Alrededor del año 1936 un grupo de hermanos de distintas congregaciones, estudiando la palabra de Dios, comenzaron a tener ciertas diferencias con la doctrina que se impartía en sus respectivas iglesias. Algunas de estas tenían relación con el bautismo; en sus iglesias se realizaba el bautismo por aspersión, incluso a recién nacidos, mas ellos entendieron que el bautismo es para arrepentimiento de pecados y un niño no tiene de qué arrepentirse. Por esto, nuestros hermanos aceptaron el bautismo por inmersión de adultos y la presentación de niños, tal como aparece descrito en las Sagradas Escrituras.

Ya en 1937 Guillermo Villanueva de la Cuadra (Ministro carcelario), Germán Varas (ver fotografía; Pastor de la misión Metodista Pentecostal), Francisco Anabalón Rosales (ver fotografía; oficial de la misión Metodista Pentecostal) junto a otros hermanos decidieron dejar sus congregaciones para dar forma a una nueva misión.
Se afirma que las primeras reuniones de estos hombres se realizaron en los altos del teatro Cariola, específicamente en la oficina de Guillermo Villanueva donde el realizaba funciones de contabilidad. Al mismo tiempo, cada uno de ellos formaba una iglesia en diversos puntos de Santiago.

El 25 de Diciembre del mismo año fue fundada oficialmente la misión bajo el nombre de «Pentecostal Apostólica», identificándose con la experiencia de Pentecostés y honrando la doctrina de los apóstoles. Ésta se caracterizó principalmente por su fervor evangelístico, por el énfasis en el estudio de la Palabra del Señor, el reconocimiento del ministerio de la mujer, la participación activa de los jóvenes dentro de la iglesia dando espacio para que ejercieran dones y talentos dentro de la iglesia. Las dos últimas características fueron totalmente revolucionarias en su época ya que en el mundo Pentecostal tanto la mujer como el joven tenía un lugar limitado en el quehacer de la iglesia.

La presidencia de la misión Pentecostal Apostólica estuvo a cargo de Guillermo Villanueva, luego de Germán Varas y, por último, de Francisco Anabalón Rosales.

El crecimiento

La década del 40 se caracterizó por el crecimiento progresivo de la nueva misión, agregándose a la ciudad de Santiago ciudades como Rengo, Rancagua, San Fernando y Los Ángeles. Los pastores que estuvieron a cargo de expandir la misión en esos lugares fueron Margarita de Aliaga en Rengo, Francisco Núñez en Rancagua, Francisco Flores en Los Ángeles entre otros.

Alrededor del año 1954, producto del gran crecimiento de la misión, fue necesario crear un sistema de organización para velar por el buen funcionamiento de ésta en cada lugar. Por esto se creó el cuerpo de Presbíteros; un grupo de hombres de confianza que trabajaría al lado del presidente.

A fines de los 50 Francisco Anabalón Rosales pasó a ser Obispo de la misión, cumpliendo ambas funciones, presidencia y obispado, por más de 40 años. Quienes lo conocieron lo recuerdan como un hombre carismático, de gran visión e incansable en el trabajo en a obra del Señor.

De los años 60 se tienen muchos recuerdos hermosos, tales como el encuentro en el teatro Caupolicán (ver fotografía), las conferencias, grandes fiestas en el templo Arteaga. No obstante, aquella época también contiene recuerdos tristes, como la separación de un grupo de hermanos de nuestra congregación en el año 1967, quienes pronto formaron otra Iglesia.

Nuestra misión continúo su camino de crecimiento y desarrollo integral: numérico, doctrinal, testimonial y servicial.
Tras la partida a la presencia del Señor del Obispo Francisco Anabalón Rosales en el año 1982, su hijo, Francisco Anabalón Duarte, quién era pastor del circuito central y vicepresidente de la misión, asume como presidente. Al año siguiente es ungido como Obispo.

La principal labor de nuestro Obispo Francisco Anabalón Duarte ha sido, en sus propias palabras, la de «consolidar lo que se venía haciendo», es decir, trabajar en amistad y respeto con las autoridades civiles, continuar la expansión de la misión consolidando, a su vez, las obras ya existentes y enfocar la visión de la misión haciendo de esta «Una Iglesia con Propósito».

La actualidad

Al igual que en los años anteriores, la misión siguió creciendo no sólo dentro del país, sino que también se ha expandido fuera del territorio nacional. Los países que abarca la misión actualmente son: Chile, Argentina y Uruguay.
Nuestra visión es hacer de nuestra iglesia una iglesia saludable: Una Iglesia con Propósito, edificada sobre la base de los cinco propósitos que Jesús dio a la iglesia en el Nuevo Testamento: Adoración, Compañerismo, Discipulado, Servicio y Evangelización.

Hoy la misión se encuentra en expectación ya que Dios, por medio de palabras proféticas y la Santa Biblia, ha prometido nubes de bendiciones y, según la historia de la iglesia, Dios nunca ha mentido, «Porque para vosotros es la promesa, y para vuestros hijos, y para todos los que están lejos; para cuantos el Señor nuestro Dios llamare.» (Hechos 2: 39).