Noticias

El Rincón del Misionero Urbano – Semana 10

Portal IPA

El, temblando y temeroso, dijo: Señor, ¿qué quieres que yo haga?…  Ananías fue a la casa donde estaba Saulo. Al entrar, puso sus manos sobre él, y le dijo:—Hermano Saulo, el Señor Jesús, el que se te apareció en el camino por donde venías, me ha mandado para que recobres la vista y quedes lleno del Espíritu Santo.  Hech. 9:6,17

Un buen misionero (a) es humilde y obediente. Un misionero (a) efectivo (a) siempre va a estar preparado para oír y obedecer la voz de su Señor. Un misionero es una persona que no duda en venir a los pies de su Señor y decirle: ¿Qué quieres que yo haga?  Y va a obedecer a Dios por sobre todas las cosas, aunque esto implique un conflicto. En Pablo y Ananías vemos el modelo por excelencia de dos personas que fueron humildes y obedientes en su encuentro con Jesus.

Es muy difícil ser obedientes si no hemos desarrollado nuestro oído para oír la voz de Dios. El Señor nos está hablando de diferentes maneras y en diferentes lugares, la pregunta es ¿estamos obedeciendo al Señor?

Un buen misionero (a) va a buscar las formas y maneras para agudizar su oído y obedecer a la voluntad del Señor.

Cada vez que dedicamos tiempo para orar, para leer la Biblia, para ir a la iglesia y en especial cuando separamos un tiempo de ayuno estamos afinando nuestro oído, sintonizando nuestra mente y corazón con la perfecta voluntad de Dios. Sera muy difícil para una persona hacer la obra de Dios si no conoce las instrucciones, será muy difícil tener buenos resultados en nuestra tarea sin el orgullo y la sordera invade nuestras vidas.

1. ¿Qué resultados esperas de esta tarea misionera?

2. ¿Eres una persona sensible a la voz de Dios?

3. ¿En qué maneras habla Dios?

4. ¿Eres una persona libre de orgullo?

Facebook
Twitter
LinkedIn
WhatsApp
Email
Imprimir