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El Rincón del Misionero Urbano – Semana 5

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32 Todos los seguidores de Jesús tenían una misma manera de pensar y de sentir. Todo lo que tenían lo compartían entre ellos, y nadie se sentía dueño de nada… 34 y no les hacía falta nada, porque los que tenían alguna casa o terreno lo vendían 35 y entregaban el dinero a los apóstoles. Entonces ellos lo repartían y le daban a cada uno lo que necesitaba.

Un buen misionero (a) es generoso (a), aprende a compartir con otros lo que Dios le ha dado. El espíritu misionero es un espíritu dadivoso, desprendido. Un buen misionero entiende la importancia de sembrar en el reino.

La generosidad es una evidencia de la madurez y de la mentalidad de reino del misionero. ¿Qué podemos dar para el Señor? Un misionero es responsable de las cosas que Dios le ha dado.

Un misionero da de su tiempo, de sus recursos, de sus habilidades, el misionero verdadero está dispuesto a dar su vida por Cristo y su causa. El egoísmo, la miopía, una mente escaza son actitudes que vienen a impedir que una persona pueda darse completamente para la obra de Dios.

Este es un tiempo para poner todo lo que tenemos a los pies del Señor y decirle sinceramente “Señor usa todo esto, quiero sembrar para que el día de mañana la cosecha sea abundante. Y la generosidad comienza en casa, en tu iglesia. Comienza a separar los recursos, se hábil con el uso de tus finanzas, asegúrate de diezmar si estás trabajando y de dar siempre una ofrenda generosa.

1. ¿Te consideras una persona generosa o mezquina?

2. ¿Cuáles son las cosas que puedes poner a los pies de Cristo para bendecir a otros?

3. ¿De lo que tienes, de lo que Dios te ha dado que es lo que más te cuesta dar?

4. ¿Cómo podemos desarrollar esta virtud maravillosa?

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